Como vendedor de zapatos, nada es más frustrante que cuando un padre dice: "Quiero un zapato que brinde apoyo a mi hijo porque quiero que tenga una espalda y rodillas saludables cuando crezca". Esta petición surge ante todos los padres preocupados: creen que están cuidando del futuro de sus hijos, cuando en realidad están haciendo todo lo contrario. Estos padres están tan decididos a conseguir el zapato con mayor apoyo y amortiguación para sus hijos que no hay absolutamente nada que los detenga. Se mantienen firmes en que su hijo use el “mejor zapato” sin tener en cuenta los efectos realistas negativos en el desarrollo de los pies de su hijo. Como resultado, los vendedores de zapatos se ven obligados a vender lo que los padres creen que es mejor para el niño en lugar de lo que es mejor en realidad.
Los padres tienen la falsa creencia de que los niños necesitan tanta amortiguación en la suela como los adultos. Lo que no se dan cuenta es que poner un centímetro promedio de amortiguación debajo del talón en el zapato de un niño es como usar tacones altos para un niño. Lo triste es que las principales empresas de calzado no sólo fabrican estos zapatos de tacón alto para niños, sino que los prescriben como lo mejor para ellos. Una pulgada debajo del talón de un zapato de niño es en realidad una “cantidad modesta” en el mercado del calzado. En un zapato tan corto, esta amortiguación del talón da como resultado una pendiente descendente desde el talón hasta la punta del pie de más de 20 grados y hasta 30 grados en tallas más pequeñas. Esto significa que para mantenerse erguido el niño debe inclinar la pelvis hacia abajo y arquear la zona lumbar. Se soporta más peso en la parte delantera de las rodillas y la columna ya no está en alineación natural sino que está drásticamente curvada. Cuanto más exigen los padres a sus hijos que usen estos zapatos, más se afianza permanentemente la posición inclinada de la pelvis y la curvatura de la espalda. A medida que nuestros niños se convierten en adolescentes y luego en adultos, comienzan a sentir los efectos dolorosos de esta posición antinatural en las rodillas, la espalda y el cuello.
Una vida de dolor en las articulaciones y la columna, todo porque los padres quieren que sus hijos usen los "mejores zapatos". Unas palabras para todos los padres: cuando los zapatos sean necesarios, pongan la menor cantidad posible de zapatos en los pies de sus hijos.